La dependencia es uno de los
grandes obstáculos que se encuentran las personas mayores a la hora de
disfrutar una buena calidad de vida. Este fenómeno es muy común en la
actualidad debido al progresivo envejecimiento de la sociedad.
Según Eroski Consumer, la
dependencia puede entenderse como aquella situación en la que la persona
presenta limitaciones para actividades básicas de la vida diaria y requiere la
ayuda de otros para desenvolverse. Esto representa un verdadero problema para
su entorno personal y un reto para las instituciones públicas.
El papel de los cuidadores es
fundamental para mejorar la situación de las personas dependientes. Cuidar a
una persona mayor puede ser un trabajo que se prolongue durante muchos años.
Por tanto, el cuidador debe ser un profesional que conozca los recursos
sanitarios, psicológicos y sociales a su alcance para que su labor tenga la
mayor calidad posible.
El aumento de las expectativas de
vida ha elevado el porcentaje de personas que necesitan ayuda en su día a día.
Este dato hace inevitable el incremento del número de cuidadores.
Ayudar a las personas mayores a
mejorar su calidad de vida puede ser una excelente forma de encontrar un hueco
en el mercado laboral. Además, esta profesión ofrece un servicio que contribuye
a la construcción de una sociedad más justa y responsable con las personas
mayores.